jueves, enero 04, 2007

Angulas al ajillo


Recientemente se ha descubierto que el territorio de desove de las anguilas está situado en el Mar de los Sargazos, entre las Bermudas y Puerto Rico. Una anguila hembra produce hasta 20 millones de huevos. Al salir del huevo, las futuras anguilas reciben el nombre de leptocéfalos y tienen una forma que nada recuerda a la anguila que todos conocemos. Estos leptocéfalos son arrastrados por la corriente del Golfo y necesitan un año para llegar a Norteamérica y tres para llegar a las costas de Europa. Cuando lo consiguen, al final del viaje, se han convertido ya en angulas, agolpándose masivamente en la desembocadura de los ríos. Las angulas nadan entonces río arriba alimentándose de los animalitos del fondo de los cauces hasta que se convierten en adultos, completando así, todo el ciclo.
Todo este entretenido cursillo de Historia Natural es sólo para justificar el platito de angulas al ajillo que me he zampado hoy. Dicen en el País Vasco que la mejor manera de prepararlas es de la forma tradicional, en cazuela de barro, salteadas con aceite, ajo y guindillas. Las angulas son un auténtico mito en la gastronomía española y sobretodo en la vasca. Es un manjar de culto con un precio totalmente desorbitado.
Me he preguntado siempre si la angula posee todo ese valor gastronómico tan exquisito que se le da y si es un producto que tiene esa bondad gustativa equiparable a los grandes manjares del mundo. En mi opinión no. Quizá mi sensibilidad gustativa no está a la altura pero prefiero mil veces el profundo sabor marino de las ostras, la intensidad del erizo o la textura del caviar. Y eso, ni que decir de pescados tan soberbios como el rodaballo salvaje o la merluza de anzuelo.

5 comentarios:

Lalodelce dijo...

Pobres bichos. Tanto viaje para acabar salteadas con ajo en un plato de barro. Y encima ni son tan sabrosas. En la foto parecen yaki soba. Esos me gustan.

mharía vázquez benarroch dijo...

Totalmente de acuerdo, absolutamente sobrestimadas, con el peso de una tradición marinera de comida pobre del siglo XVI, como lo fue la vasca. Ninguna comparación con el exquisito beluga o la cruda salinidad mercurial del "locro" chileno.

mharía vázquez benarroch dijo...

Totalmente de acuerdo, absolutamente sobrestimadas, con el peso de una tradición marinera de comida pobre del siglo XVI, como lo fue la vasca. Ninguna comparación con el exquisito beluga o la cruda salinidad mercurial del "locro" chileno.

mharía vázquez benarroch dijo...

Joanet: gracias por ofrecerme tu ayuda en barna.si, hablo catalá, aixo mateix y mi perro se llama julivert...barcelona dejó en mí huellas muy profundas y unas ganas enormes de volver a ella, como un amante vuelve siempre a su gran amor.
mhvazquez@yahoo.com
te dejo mi email y mi sincera amistad.

Camille dijo...

Yo creo que no es cuestión de sobreestimación. Las angulas, al igual que el besugo era el pan nuestro de cada dia en Euskadi. El tiempo y la escasez los han convertido a ambos en productos de lujo. Pero aquí, a mis padres les regalaban los besugos en el puerto del excedente que había. Las angulas era un plato típico y se comían los domingos como en otros lugares se comía paella (la verdad es que yo apenas me acuerdo ja ja)
Ahora, sólo comen angulas los turistas ;)
De hecho si os fijáis ninguno de los grandes cocineros vascos tienen angulas en sus cartas. Para comer angulas fuera de casa hay que ir a un sitio más turístico, perdón ..más tradicional