domingo, diciembre 28, 2008

Escorpiones Asados


Como a todo el mundo, imagino, también a mi me ha ocurido eso de correr con la boca abierta y tragarme una mosca, descubrir medio gusano en la recién mordida manzana o aquello del mosquito en el gin tonic.
De esas ingenuas experiencias, a comer insectos por voluntad propia, dista todo un proceso de mentalización.
Aunque en mi vida he comido de todo sin demasiados escrúpulos, confieso que también he formado parte del club al asco generalizado hacia los insectos. Eso si, algunos más que otros. Últimamente pero, que he leído un poquito sobre la antiquísima entomofagia o consumo de insectos y además he visto algún que otro documental en el Discovery de turno, me ha picado la curiosidad o digamos más bien el morbo, por probar a la primera oportunidad, cualquier tipo de estos odiosos bichos que venden ya listos para comer: saltamontes, escarabajos, grillos, gusanos, hormigas o lo que sea. Y ha sido justamente Santaclaus, conocedor de mi capricho, quien me ha proporcionado la oportunidad de satisfacer la curiosidad, obsequiándome con unos suculentos escorpiones tailandeses en conserva. Mmm, toda una delicatessen.
Si el plato predilecto de Aristóteles eran las cigarras, San Juan Bautista se alimentaba de grillos y la aristocracia romana consumía las larvas del "escarabajo ciervo", ¿porqué yo no puedo saborear unos magníficos escorpiones BBQ?
 Y antes de pasar a la mesa, traduzco directamente lo que se dice en la etiqueta:


Escorpiones asados (Sabor a ahumado barbacoa)
Los Escorpiones 'Heterometrus Spinifer' son comunes en la mayor parte de Tailandia y son una delicadeza para los que viven en el noreste. Estos escorpiones han sido asados delicadamente y pueden comerse en su totalidad.
El escorpión pertenece al grupo de los arácnidos e incluye a 16 familias, 159 géneros y 1.260 especies en todo el mundo.
El Heterometrus Spinifer es común de Tailandia y es una de las pocas especies comestibles que existen.
Los fósiles de escorpión encontrados indican que ya existían desde hace unos 450 millones de años, en el período Silúrico y evolucionados de un antepasado anfibio.
Debido a este antepasado anfibio los escorpiones poseen un sabor semejante al de la gamba de mar y ligeramente amargo. Pueden consumirse directamente de la lata o pueden servirse acompañados con muchas variedades de salsas y picantes
.

Leído lo cual paso a la mesa, aunque me surge una duda: ¿naturales, calientes o tibios?
Si en la etiqueta dice que su sabor es parecido al del camarón, el sentido común me dice que lo mejor es calentarlos ligeramente en el microondas. Luego y como medida preventiva, agarro la botellita de Tabasco.
El primer escorpión me lo llevo cerca de la boca y cierro los ojos. En estos segundos, me surge otra duda: dicen que se parece a una gamba, vale. Pero yo las gambas del tamaño de este escorpión no me las como enteras. Les retiro el exoesqueleto y me como lo de dentro... pero este escorpión es muy plano y parece tener poca 'chichi' en su interior. Además al tacto parece medio crujiente.
Dejo de pensar tanto , dejo de dudar tanto  y me lo meto en la boca. Muerdo su mitad aproximada, manteniendo aún los ojos cerrados masticándolo poco a poco, no sin cierto pavor.
El buscado sabor a gamba, que era mi salvación, está muy pero que muy lejano, yo diría que hay que imaginárselo. En cambio el sabor a Fritos barbacoa parece el más evidente. Textura crujiente en las patas y abdómen más blandengue.
Confieso que he sentido un cierto repelús, porque un señor escorpión es siempre un escorpión, por mucho pedigree que intenten ponerle. Santaclaus me hubiera debido regalar unas pequeñas hormigas para empezar.
De los cinco que contenía la latita, me he comido solamente tres. Los dos siguientes lo he hecho con los ojos bien abiertos pero con un buen chorretón de Tabasco para camuflar, seguido de un buen lingotazo de Chardonnay.
Moraleja: Prefiero la Gamba de toda la vida.




viernes, diciembre 19, 2008

Carn d'Olla


Nada tan simple como en una gran olla, cocer diferentes tipos de verduras y legumbres, añadir trozos de carne, ya sea de buey, de cerdo, de gallina, o todos juntos. Dejarlo varias horas a fuego muy lento para así obtener un concentrado caldo por un lado y unas verduras con carne cocida por otro.
A este arcaico modo de cocinar, en Italia se conoce como bollito, en Francia pot au feu, en Bélgica hochepot, en Escocia odge podge, en Austria tafelspitz en España cocido y también olla podrida y en Cataluña carn d'olla. Y cada país, naturalmente, con sus variantes y particularidades propias.

Nada más práctico, teniendo en cuenta la dura y atareada vida en aquellos tiempos, donde a la olla que colgaba sobre las brasas, sólo había que añadirle agua de vez en cuando.
Surgida pues en época de penurias de una Cataluña agrario-familiar, la escudella primero (el caldo) y la carn d'olla (el cocido) a continuación, se comía durante seis días a la semana, descansando los domingos con el arróz dominical. La costumbre de tomar por separado el caldo y la carne viene ya del Renacimiento, en el siglo XVI. La carn d'olla, seguramente por su propio arcaísmo ha sido considerada puntal de la gastronomía catalana, aunque hoy en día y a pesar de la simpleza de su elaboración, resulta un plato demasiado caro y demasiado largo de preparar.
Es ahora, en tiempos navideños que la carn d'olla regresa tradicionalmente a las mesas catalanas.
No hay ningún secreto en su elaboración pues como decía, sólo necesita su tiempo de chup-chup.
Aunque me gusta hablar de cocina pero sin entrar en el detalle de las recetas, en este caso hago una excepción. Y si bien la logística, la preparación, los ingredientes y las cantidades que narro a continuación parecen pensadas para el cubrir el rancho de una división militar, realmente son para sólo cuatro personas:
En una olla con unos cuatro litros de agua llevamos a ebullición medio kilo de carne de ternera, 1/4 de gallina. 1 pollo y sus menudillos, 200 g de oreja y morro de cerdo, 1 hueso de jamón seco y 1 hueso de rodilla de ternera. Cuando hierve, se espuma bien, quitando todas las impurezas que suben a la superfície. Echamos a continuación unos 200 g de garbanzos previamente remojados (mínimo 12 horas) y se deja hervir todo a fuego lento una media hora.
Como la coción dura bastante rato, aprovecharemos mientras para preparar el ingrediente diferenciador de la carn d'olla con respecto al resto de los cocidos europeos: la pilota.
En un cuenco colocamos 150 g de carne picada de ternera, 150 g de carne picada de cerdo y 150 g de tocino veteado también picado. Le incorporamos un huevo, con perejil y ajo también picados. Añadimos miga de pan remojada con leche. Salpimentamos y aromatizamos con un poco de canela.
Con todos estos ingredientes hacemos una masa que trabajaremos primero con el tenedor y terminaremos con las manos hasta que todo quede amalgamado, moldeando la pasta hasta formar una pelota (pilota) como las de béisbol, que enharinaremos y reservaremos para ponerla final de la cocción del caldo, ya que si lo hacemos ahora, se desharía toda.
Volvemos a nuestra olla que ya lleva casi una hora hirviendo (y a la que hemos echado agua de vez en cuando) y le añadimos dos zanahorias, un nabo, un puerro y una rama de apio. Dejamos hervir unos 90 minutos más, con lo que las carnes estarán ya bastante blandas y le incorporaremos al caldo una col, 250 g de patatas cortadas a trozos, una butifarra negra, otra de blanca y finalmente la pilota que teníamos reservada de antes. Dejamos hervir media hora más y rectificamos de sal.
Una vez bien cocido, colamos el caldo con el que aparte prepararemos la típica escudella (sopa de pasta). En un cazo, hervimos el caldo colado al que le añadiremos la pasta dejándola cocer durante diez minutos. Se sirve bien caliente.
En una fuente aparte colocamos las verduras y en otra, las carnes cocidas cortadas a trozos, retirando los huesos.
La escudella y la carn d'olla están listas para degustar.
Como se ve no es precisamente un plato light, aunque hay que aceptar que este cocido medieval una vez en el plato, está francamente exquisito.
Los franceses en su pot au feu le ponen carne de buey, pero en aquellos tiempos aquí, en mi país, había mucho cerdo y poco buey. Por eso el inmortal Josep Plá escribió una vez:
"Nosotros tenemos una cocina sin buey, y, de eso, se resiente la carn d'olla de una manera acusada. Formamos parte de un mundo de almas pálidas, más bien dadas a cantar que a razonar"...



sábado, diciembre 13, 2008

Jumbo Spiced Camarones y calamari Pan Fried y servidos con Bacon-Tomato


Así de bonito suena el mestizaje lingüístico conocido como spanglish y que traducido sería más o menos 'gambones y calamares picantes rebozados y servidos con panceta y tomate'.
Se calcula que en Estados Unidos hay unos 50 millones de personas hablando español, spanglish o que saben algo de castellano. La fusión sintáctica y semántica del español con el inglés ha generado este fenómeno natural e imparable. Y cada vez lo será más.
Ya en 1972, el Dictionary of American Regional English recogía las primeras palabras de este modo de hablar, mientras que la Real Academia Española jamás ha admitido el concepto spanglish.
El título de mi plato de hoy sin embargo, está escrito en lo que se conoce como code-switching porque recoge en una misma frase, palabras en español y palabras en inglés simultáneamente. Costumbre ésta muy típica también aquí en España como "nos vemos este week-end" o "Fernando Alonso consigue la pole position". 
En el spanglish en cambio, existe una fusión y confusión de significado entre los dos idiomas ya que las palabras suenan de modo parecido, como por ejemplo "vacunear la carpeta" (aspirar la alfombra) o "te wacho en el party" (te veo en la fiesta).
Mientras tanto, los lingüístas ingleses de una parte y los de la Real Academia Española por otra, llevan rasgándose las vestiduras desde  hace cuatro décadas.
Ilán Stavans, mexicano de orígen y "catedrático" de spanglish del Armherst College de Nueva York, arremetió nuevamente contra su lengua materna, y desafiante, recordó en una reciente conferencia que "un idioma es un dialecto con un ejército detrás". "¿Quiénes somos nosotros para decir stop using that word?", decía Stavans. "No se trata de un either/or... Se trata de admitir una realidad social que está ahí. Los Estados Unidos, se han latinizado de una manera total", afirmó.
Aunque el señor Stavans me cae simpático, hay que reconocer que en este encontronazo lingüístico que existe en los Estados Unidos, a la larga el español, siempre será el idioma perjudicado y subordinado, al perder este el contacto y la referencia al país de origen.
Ilán también se burló del lema de la Real Academia Española que reza "limpia, fija y da esplendor", afirmando que sirvió como patente de corso para imponer el español en América "con la cruz y la espada".
Y para darle más salsa al fenómeno, irrumpe en nuestras vidas internet generando el Ciberspanglish, un auténtico alúd de nuevos vocablos no traducidos al español y que terminan como linkear, chatear, surfear, email, software, hartware, browser, password, frame,etc, etc.
Termino sin contar mi plato de hoy pero lo hago con unas frases en spanglish que he encontrado exquisítas:
Se dice "troka" en lugar de camión (truck), "parquear" en vez de estacionar y "el handyman que atranca el liqueo over la carpeta soqueada" que es algo así como el lampista repara un escape y empapa la alfombra.
Buen provecho.

domingo, diciembre 07, 2008

Clam Showder


Dicen que fueron los pescadores franceses que faenaban en aguas de Terranova durante el siglo XVIII, quienes introdujeron en aquellas costas y especialmente en Boston, un tipo de sopa descendiente de la bouillabaisse, conocida como Clam Showder. Clams son las almejas mientras que showder parece que proviene del francés shoud que significa caliente. Aunque Nueva Inglaterra reclama poseer la receta original, hoy existen muchas variedades de Clam Showder que se han extendido no sólo por todo el litoral Este sino también por el Oeste de los Estados Unidos, convirtiéndose en un auténtico plato de culto.

No sé si es la original, pero esa es la receta que yo conozco:  
Primero se abren las almejas al vapor conservando y filtrando el líquido resultante de la cocción. Por otro lado, en aceite de oliva y ajo picado, doraremos cebolla, patatas, apio y bacon cortados en daditos. Cuando la cebolla esté dorada añadiremos un poco de harina para espesarlo, sin dejar de remover, rehogándolo todo a continuación con el agua de las almejas, medio vasito de vino blanco y medio de leche. Sin dejar de remover para que no se formen grumos, añadiremos sal y pimienta al gusto, un poco de laurel, tomillo y las almejas troceadas.
Dejaremos cocer durante unos diez minutos y lo serviremos muy caliente adornado con perejil picado.
Seguro que más de un paisano de aquellas tierras me dirá que la receta no es exactamente así, por lo que agradeceré correcciones y versiones. 
He visto Clam Showder de color muy blanco y también la he visto de color muy rojo.

lunes, noviembre 24, 2008

Vino Blanco


De unos años a esta parte y de manera lenta y sigilosa, me he ido decantando hacia el consumo periódico y reiterado de vino blanco. Lo bebo tanto para acompañar a los pescados, las carnes e incluso a los quesos. No es que ello vaya en detrimento de mi apreciación por el todopoderoso tinto, pero si que poco a poco, he ido descubriendo a través de su ligereza, suavidad y aromas afrutados, una gran versatilidad para adaptarse a todo tipo de platos. Si a eso le sumamos su degustación en frío, tendremos una bebida ideal equiparable al cava o al mismísimo champagne. Con perdón de los puristas.
Luego y siguiendo con mi última obsesión por nuestros abuelos egipcios, he sabido que a Tutankhamon le encantaba el vino blanco. En su viaje al más allá, el faraón quiso ir acompañado de los mejores vinos de sus bodegas, elaborados con técnicas prácticamente idénticas a las actuales. Al descubrir su tumba en 1922, Howard Carter encontró numerosas ánforas de vino con inscripciones relativas a su calidad, cosecha, procedencia y elaboración. Lo que no se sabía, era si se trataba de vino tinto o blanco. Las dudas se han disipado cuando, una vez finalizado un reciente trabajo de investigación utilizando sistemas de análisis inéditos sobre los residuos sólidos encontrados en el interior de las ánforas, han confirmando que la mayoría de éstas, habían contenido vino blanco lo que quiere decir que en el antiguo Egipto se bebía tanto vino blanco como tinto.
En la elaboración del vino blanco, el resultado final se denomina vino nuevo y podrá tener dos destinos: Si se ha diseñado para ser consumido en el mismo año será conocido como vino joven que es sin lugar a duda mi preferido y hay que beberlo a una temperatura de entre 6º y 8º C para apreciar bien su aroma y sabor. El otro destino del vino nuevo es la crianza. Es el vino blanco con madera, llamado de barrica. Esta segunda opción consiste en depositar al vino nuevo dentro de barricas mediante la técnica del battonge y envejecerlo. Lo que permite alargar la vida útil y comercial del vino durante varios años más.
Hay muy buenos vinos blancos de barrica, pero aparte de fines comerciales, pudiendo escojer, siempre escojeré un blanco joven, del mismo año. No tiene color.
Y es menos cabezón.

viernes, noviembre 14, 2008

Rape con miel


Fuímos compañeros inseparables en el cole. Pasó el tiempo y al empezar la universidad, nuestros caminos siguieron senderos distintos. Prometimos no perder el contacto y seguir viéndonos periódicamente por los siglos de los siglos, estuviéramos donde estuviéramos. Han pasado muchos años y aunque cada vez más espaciadamente, nuestra promesa se ha mantenido y ya muy de vez en cuando, procuramos cumplir con el encuentro.
Hoy hemos almorzado juntos. La última vez que lo hicimos fué hace dos años. Aunque médico de profesión, ha dedicado toda su vida a la política. Actualmente está en la oposición y es un personaje público. Nuestra amistad, basada en una infancia y pubertad entrañables, nada tiene que ver con nuestra actual manera de entender el mundo.
El chef Shojiro nos ha sorprendido con un rape guisado con soja y miel, acompañado de unos tallarines vegetales al pesto.
-¿Te has dado cuenta que ya vivimos en el futuro? me dice.
-Es cierto -le respondo- antes matábamos con ballesta y ahora lo hacemos con misiles y bombas inteligentes. La tecnología adelanta que es una barbaridad.
-Nunca había comido el rape así -me dice- pero, admite que nunca como ahora, hemos vivido tan y tan bien informados.
-Está guisado con soja y miel, le digo. Un excelente invento del chef pero creo en cambio, que sufrimos un exceso de información. Es probable que este exceso de información esté limitando la intuición y la creatividad de los humanos. Genera parálisis de la capacidad analítica y produce estrés informativo. Además, los grandes grifos de la información se abren o cierran a conveniencia. Ahora toca Obama. Ahora no toca Oriente Medio. Ahora toca crisis... ahora no toca.

-Oye los tallarines esos ¿son de pasta o son vegetales? Amigo, creo que hubieras tenido que dedicarte a la política -añade- articulas bien tus peroratas.
-Soy un mercenario sin escrúpulos del marketing. O sea, más o menos como un político. La publicidad también me ha enseñado a hacer grandes briefings y grandes peroratas. Saberle vender cualquier cosa al cliente para que el pueda vender. Suena como un soneto.
Shojiro se fabrica el mismo estos tallarines a base de espinacas prensadas. O sea que son vegetales y con la salsa de pesto están francamente buenos.
-Si. La verdad es que el rape este, ha sido una experiencia realmente interesante- termina diciendo como típica sentencia de político (o publicitario) que no significa prácticamente nada-. 

martes, noviembre 11, 2008

Higos con Roquefort


A medida que pasan siglos y milenios, nos sorprende constatar que los egipcios ya lo sabían todo. No tenían nuestra tecnología pero tenían otra. Sabían de astronomía, ingeniería, arquitectura, medicina y cocina, tanto o más que nosotros. En lo que se refiere al dulce, conocían y utilizaban las propiedades de la miel, de los dátiles y de esa infrutescencia conocida como higo. El higo, directo del árbol, en papilla o mermelada, satisfacía su pasión por lo dulce. A menudo utilizaban monos domesticados que les ayudaban a recoger los frutos de la higuera.
También existe auténtica pasión por los higos en el Magreb y Mediterráneo Oriental. La higuera (Ficus carica) originaria del suroeste asiático, que la encontramos asilvestrada en lugares rocosos y cálidos del Mediterráneo, es uno de los árboles más antiguos y sabios del planeta. Ha sido capaz de sobrevivir durante millones de años soportando calores extremos y sequías, ayudada eso si, por una avispada avispa simbiótica llamada blastófago que realiza su polinización milenaria introduciéndose dentro de los higos.
Hay higueras femeninas y las hay hermafroditas. Casi nada.
Y rellenas con queso roquefort y piñones están realmente suculentas. Un potente queso mezclado con dulce y cremoso higo. Para acompañarlo, un vasito de Oporto.
Ah, otra cosa. El que diga que el higo es afrodisíaco, está diciendo sandeces. Como siempre.

sábado, noviembre 08, 2008

Truchas de Lalodelce al Vodka


A Ladolelce le han regalado un montón de truchas. Como hombre de mar, no soy muy amante del pescado de río, aunque si bien cocinado, admito que es excelente. Paso seguidamente una receta de trucha al vodka que en su día me gustó y no creo sea demasiado complicada. Ahí va.
Una vez limpia, sazona la trucha, pásala por harina y fríela en una sartén con aceite de oliva (si no es oliva, no pasa nada). Retíra la trucha y colócala en una fuente que admita posteriormente el calor del horno.
Aparte, pela una zanahoria y córtala en juliana fina. Fríela en la misma sartén donde has freído tu trucha. Añade pimienta verde y rehógala un minuto, virtiendo a continuación un vasito de vodka procurando que flambee hasta que el alcohol se haya evaporado. Añade a la mezcla un vasito de caldo de pescado (de los que venden preparados) y 50 ml. de nata líquida dejándolo reducir todo durante 10 minutos. A continuación héchalo todo por encima de tu impaciente trucha y colócala en el horno durante cinco minutos más.
Thats it. Buen apetito.

martes, noviembre 04, 2008

Pizza?



Anne Benim! Mamma mía! A Estambúl tuve que llegar para comerme una pizza. Aunque es un error llamarla pizza. Aquí y en Armenia se denominan lahmacun y la gran diferencia con la pizza italiana es que está elaborada con un ragú de carne picada y cebolla.
Me da pereza enrollarme sobre la historia de la Pizza pero se dice por ahí, que todas las civilizaciones mediterráneas -o sea casi todas-, desde el faraónico Egipto hasta las Baleares, pasando por la Grecia clásica, la antigua Roma y Pompeya, elaboraban ya esas tortas hechas con pan de masa de levadura y en las que antes de ser cocidas al horno de leña, se untaban con variados condimentos fundamentales. De ahí formas parecidas de focacce, schiacciate, lahmacun y cocas, elaboradas todas con la misma base.
Esta milenaria forma de hornear la masa de pan,  sumada a dos condimentos muy especiales, hizo que fuera en Nápoles donde naciera la auténtica, la famosa, la universal pizza.
El primer condimento llegó con los longobardos afincados en la Italia meridional después de la caída del imperio romano. Estos habían traído consigo la búfala, que una vez ambientada en tierras de Lazio y Campania, suministró la leche para elaborar la mozzarella.
El segundo condimento fundamental llegó ya en época moderna con el descubrimiento del nuevo mundo y fue el pomodoro.
La llegada del tomate proveniente de las Américas a través de España, hizo su ingreso triunfal en la cocina italiana y en particular en la napolitana.
Mozzarella, pomodoro sobre pan de masa de levadura y horneado: Acababa de nacer la pizza. La imparable pizza.
Más allá de sus confines napolitanos, la pizza ha conseguido conquistar los paladares de todos los continentes convirtiéndose, sin exageración alguna, en patrimonio de la humanidad.

jueves, octubre 30, 2008

El mejor Sake del mundo? el de Niigata.


Soy del vino buen bebedor por razones tan obvias como porque me gusta y, como dice Serrat, porque nací en el Mediterráneo. No obstante, mi afirmación está lejos de ser un acto de fe, ya que si se tercia, puedo comer acompañado de sidra, de cava, de té, agua y porqué no, de un buen sake.
Como en el vino, hay desde sake semi-dulce hasta sake seco. Se puede tomar frío, a temperatura natural o caliente y esto permite combinarlo con cualquier plato occidental, sea pescado o carne. Asados, al horno o fritos.
La región de Niigata vive por y para la elaboración del sake de arroz. La cuenca del Sinanogawa, río más largo del Japón, proporciona una gran llanura para producir el mejor arroz del país. La calidad del sake dependerá del arroz y sobretodo, de la técnica de fabricación. Cuando elaboramos vino, la uva es un factor primario decisivo. En cambio en lo que se refiere al Sake, es más importante la técnica de elaboración que la calidad del arroz.
El arroz cocido al vapor, es rociado con Kuroudo y así conseguir la Malta. De la Malta se obtiene el Shubo (Madre del Sake) y su fermentación producirá los diferentes tipos de Sake. La graduación rara vez sobrepasará los 18 grados.
Niigata celebra todos los años su Festival del Sake. Algo parecido a la super fiesta germánica de la cerveza, pero de Sake. O sea, una auténtica orgía.
El sake no es demasiado conocido en España y tampoco creo que su sabor entusiasme al paladar latino. Hay que decir pero, y en defensa del buen sake, que el que se suele servir en los restaurantes dentro de unas pequeñas jarritas de cerámica blanca suele ser auténtica basura. Es como si en Japón te sirvieran un áspero vino de tetrabrik en una ceremoniosa copa balón. No solo vienen en garrafones de cinco litros y de plástico sino que suelen ser destilados de patata o boniato, por cierto, bastante cabezones. Si se quiere beber un buen sake, hay que pedirlo en botella y sobretodo elaborado en Niigata. Al principio, hace ya años, me acostumbré a tomar sake caliente con el pescado crudo de los restaurantes japoneses porque son dos sabores que combinan muy bien. Aunque hoy prefiero acompañar el pescado con un buen vino blanco, he descubierto que el sake natural es realmente delicioso para acompañar los pescados azules y el marisco a la plancha, así como quesos fuertes y de cabra.
La cuestión es probar, ¿no?.

domingo, octubre 26, 2008

Cuentos de Calleja y tortilla a la paisana


El primer restaurante de mi vida del que guardo consciencia fué la Fonda Europa de Granollers. Todos los jueves había mercado y mientras mi padre se dedicaba a sus gestiones laborales, mi madre y yo deambulábamos por las caóticas y estrechas calles de la ciudad, deseando que llegara la hora de comer para reunirnos con él en el restaurante de la Fonda. Aquél inmenso comedor, se llenaba rápidamente de tratantes y viajantes. Me fascinaban sus paredes adornadas con pinturas murales, de un devaluado realismo-socialista, representando ingenuos motivos del afanado mundo rural en las cuatro estaciones del año. Allí descubrí por primera vez que los camareros iban siempre enchaquetados y con pajarita como si fueran músicos, traían puesta una blanca servilleta en el brazo y nos cambiaban contínuamente los platos y los cubiertos. Observé que era un distinto modo de comer, cada uno pedía lo que quería y lo que le venía en gana. Luego los lustrados camareros lo traían rápido y humeante desde la que intuía debía ser una enorme cocina. Las personas mayores que comían en nuestra mesa me ignoraban totalmente mientras charlaban, comían, bebían y fumaban en lo que parecía un jolgorio. Fué en aquél tiempo cuando me aventuré a mis primeros pinitos gastronómicos aunque siempre bajo control materno.
Mi gran descubrimiento fué la Tortilla a la Paisana. Una tortilla como la que hacía mi madre pero rellena de patata, cebolla, guisantes, pimientos, jamón cortados a daditos pequeños y después salteado. Esta suculenta tortilla de origen castellano-leonés, fué para mi entonces tierno paladar, todo un salto hacia el mundo de los sabores adultos.
Ya llegando al final, cuando el gran comedor se llenaba de voces, de humo de cigarros y corría un penetrante olor a café con anís, era cuando el camarero gordo, aunque yo aún no sabía leer, me regalaba un par de diminutos Cuentos de Calleja.
La Fonda Europa es el establecimiento hostelero más antíguo de Cataluña. La familia Parellada dirige el negocio sin interrupción desde 1714, época en que los viajantes que iban o volvían de Francia hacían un alto en el camino para degustar sus ya por entonces preciados platos, pasar la noche y continuar al día siguiente su camino.
Hoy he hecho un alto en mi camino y he comido en la Fonda Europa. En su extensa carta ya no aparece la Tortilla a la Paisana porque supongo que en los tiempos que corren, ya nadie va al restaurante a comerse una tortilla.
En cuanto los Cuentos de Calleja, desaparecieron del mapa allí por 1958...

martes, octubre 21, 2008

¿No te gusta la sopa? Pues ahí van dos platos


Por dios que álguien me diga que no está también hasta el mismísimo moño de tener que comerse cada día, como mínimo, diez platos de esta dichosa sopa. Supongo que poco se inmaginaban en Microsoft que su enjuto programa traspasaría el ámbito de presentaciones, con gráficos de porcentajes, columnas y paneles de resultados de empresa, para llegar a manos de escondidos filósofos, poetas fustrados, chuloputas digitales, futuristas, videntes y exibicionistas del jpg.

No me interesan absolutamente nada las vidriosas, acarameladas y machistas filosofadas del argentino de turno, ni los versos musicales con rosas y lírios, ni la señorita siliconada que con sus blancas y cuadradas uñas muestra su argopecten purpuratus, ni los superyates que se gastan los multimillonarios de la mafia rusa, ni los imposibles y absurdos paisajes falsificados con photoshop, ni que me digan que lo tengo que pasar a mis mejores amigos, porque míralo_es_buenissssimo siempre con más de tres eses, ni las graciosas machadas ni los ya basta feministas. Son un auténtico coñazo mucho peor que presenciar un desfile militar. Y por colmo,  ahora con el iPhone, los recibo por duplicado. Incluso mientras estoy comiendo en el restaurante, los oigo como van cayendo como moscas en mi bolsillo.
Ya es hora que Power Point sea clasificado como spam. Lo jodido del tema es que quien te los manda suelen ser amigos y família. Y me pregunto, ¿actúan de buena fé?

lunes, octubre 20, 2008

Fricandó a la Catalana


Sabido es que los lunes, es el peor día de la semana para comer pescado. La razón deriva en que tanto sábado como domingo al ser festivos, la lonja de pescado está cerrada, y lo más conveniente es esperarse al martes o mejor aún al miércoles, para tener la seguridad de comerlo bien fresco.
Razón de más para comentar el Fricandó, plato tradicional de la cocina popular catalana elaborado con tapa de ternera y unas setas secas llamadas moixarnons (Calocybe gambosa), especie muy apreciada también en el País Vasco, donde se las conoce como perretxicoudaberriko zizazuri o zuriyac, y llamada en castellano seta de primavera, seta de piedra, seta de San Jorge o seta de Orduña.
Toda mi intención de contar el plato se ha venido abajo cuando chip!, una estúpida y concentrada gotita de la salsita del fricandó se ha salido de su órbita culinaria y ha salpicado mi recién comprado polo color pistacchio.
Que no cunda el pánico, pero...
El camarero me trae rápidamente un cepillo de ropa y un spray quitamanchas. ¿Eso me va a quitar la mancha? pregunto.
Mmm, depende -me contesta el afanado camarero.
Mientras aterrorizado, me percato de que lo que al principio era una indefensa manchita, a cada segundo que pasa se ensancha y va tomando dimensiones monstruosas.
Prudentemente antes de atizarme el chorrito, leo en la etiqueta del spray:
IMPORTANTE: antes de utilizar el producto leer atentamente la etiqueta de la prenda y realizar siempre una prueba en una zona oculta de la misma (sin mancha, pienso yo). Sobretodo en las prendas de color, para asegurarse que los colores y tejidos no queden perjudicados. ATENCIÓN: úsese en lugares bien ventilados. No respirar el aerosol. La inhalación de sus vapores puede provocar somnolencia y vértigo. Cuidado irrita la piel. Tóxico para ciertos organismos sobretodo los acuáticos. Puede provocar a largo plazo efectos negativos en los medios acuáticos. En caso de accidente (?) o malestar, acuda urgentemente al médico y si es posible muéstrele la etiqueta...
Empapo una punta de la servilleta en el agua con hielo de mi cubo que enfría el Chardonnay y la refriego meticulosamente sobre la mancha.
Cuando termino de comer y la humedad se ha evaporado, ya no queda rastro de la mancha.
El fricandó a la catalana estaba bien elaborado.

viernes, octubre 17, 2008

Lonely Restaurant


Me disponía a fotografiar unos curiosos rovellons al chimichurri con mi flamante iPhone cuando me he percatado que lo realmente curioso era el aspecto que ofrecía el restaurante, otrora lleno hasta los topes.
Su dueño Jesús al verme solo en la soledad, ha hecho las veces de camarero mientras me contaba sus penas entre plato y plato.
Y es que a menos que no se trate de una pizzería, me decía, la famosa crisis está siendo implacable con los restaurantes.
Ya me había dado cuenta que la drástica reducción de gastos de representación en las empresas está martirizando la hostelería de postín, pero en mi caso de hoy, se trata de un conocido restaurante de nivel medio.
En fin, los rovellons, por cierto muy buenos, los he tenido que comer poniendo cara de funeral pues mi apenado amigo buscaba un aire de complicidad en mi expresión, mientras me iba contando.

martes, octubre 14, 2008

Nigiri zushi brasileiro


Finalmente en Puerto Balís han abierto un restaurante japonés. Su cocinero, un brasileño llamado Alex, me prepara ya unos enormes platos como este. Cabe decir que desde mi último Lonely Lunch hasta este, he engordado siete kilos.
De ahí mi barriga como testimonio.