Rape
El Rape tiene una merecida fama de feo. La verdad es que su aspecto, con un enorme cabezón y una desproporcionada boca, lo hacen el menos guapo de todos los peces muertos que hay en el mostrador de las pescaderías.
Dispone de un mecanismo de mimetismo para capturar sus presas, que es un prodigio de la naturaleza. Cuando cree que merece la pena, le basta con abrir su bocaza para devorar en un santiamén a los pececillos que se le han acercado. Tanto Ovidio como Aristóteles lo calificaron como un modelo de inteligencia y de astucia a la hora de alimentarse.
Hoy he comido su cola a la plancha sobre un fondo de fideuá.
1 comentario:
Shojiro va a tener que pagarte la publicidad que le haces
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