El erizo
Estamos en época de erizo. Para mi no existe marisco alguno que sintetice el mar de un modo tan perfecto como el erizo.
Estoy de acuerdo con Julio Camba cuando dice que después de tomarse quince o veinte docenas -porque el tomar este marisco no es comer ni beber, sino respirar en pleno océano- la más fina langosta te sabrá a galápago.
Para sentir el sabor de este exquisíto néctar marítimo en su más puro estado es en crudo con la ayuda de una cucharita. Nada más.
Hoy lo he comido sobre un fondo de lechuga y acompañado de un vol con arroz blanco.
2 comentarios:
Tienes un sitio elegante aqui, Joanet. Hoy escribo desde una computadora que no pone ni acentos, ni nhs, asi que disculpa la ortografia. Fijate, que solo comi erizos un par de veces y ya ni recuerdo el sabor. Me pondre en campanha para probarlos de nuevo y recordarlos.
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