martes, noviembre 21, 2006

Caracoles!


Los caracoles de tierra son gasterópodos que pertenecen a la familia de los moluscos. Eso es lo que dice mi diccionario pero la utilización del caracol como animal comestible es tan antigua como la misma humanidad (frase muy recurrida). Restos fósiles de moluscos encontrados en cavernas prehistóricas ya lo indican (frase poco científica pero que convence). Los romanos fueron, no solo consumidores, (más recursos históricos) sino también importantes criadores, pues idearon los primeros recintos para engordarlos. Según Plinio, fué Fulvius Hirpinus (¿álguien sabe realmente quién diablos fué ese Fulvius Hirpinus?) el que estableció en Tarquemia, una ciudad toscana no muy lejos de Roma, el primer lugar de cultivo y eso ocurría nada más y nada menos que en el año 50 a.C., y en la que engordaban a los caracoles con vino y con salvado.
La Edad Media también fué una época de apogeo para los caracoles ya que se consumían en abundancia, entre otras razones porque esa “carne” era apta para la abstinencia cuaresmal. Hasta hace poco la actividad helicícola se limitaba a la simple búsqueda de caracoles, para consumo propio o bien para vender en mercados. Hoy en día, la actividad de criar caracoles es una gran operación económica de multinacionales. Heli proviene del latin y quiere decir helicoidal y cícola no tengo ni la más remota idea. Después de esta pedante y estúpida demostración de que me puedo enrrollar mucho sobre los caracoles sin tener puta idea, tengo que decir que hoy, mi humilde y solitario almuerzo ha consistido en comer una treintena de esos helicoidales y babosos monstruos.

1 comentario:

Lalodelce dijo...

Fulvius Hirpinus fué el artífice de la Helicicultura y todo empezó por casualidad un día en que estaba aburrido y pensó qué hacer con las uñas largas que tenía, especialmente la del meñique, y decidió utilizarla como cucharita para sacar al caracol de la concha.

Sólo comí caracoles una vez. Me gustó.