lunes, febrero 05, 2007

Tacos


Fué cenando con Ilsa en Sidney donde me hizo descubrir que mi sueño de dar la vuelta al mundo no iba a ser posible. Al menos con Lufthansa. Todos los vuelos a oriente terminaban en Sidney para luego regresar por la misma ruta a Frankfurt. Si quería cruzar el Océano Pacífico hasta Los Angeles, debía hacerlo con otra compañía aérea. Me sentí contrariado, desolado e imbécil a la vez. Un viaje improvisado, sin una mínima planificación, unido a mi innata falta de de previsión, me había hecho pasar por alto un tema tan crucial y tan básico. Mi billete abierto tenía sus limitaciones y era totalmente incanjeable con otras compañías. Durante mi estancia en Australia busqué todo tipo de soluciones, incluso llegué a pensar en la disparatada idea de regresar a Europa para luego viajar por la ruta occidental hasta Los Ángeles.
Cinco días más tarde, aterrizé en el aeropuerto internacional de Los Angeles con un billete regular de Qantas pagado de mi bolsillo. Me lo planteé como un 'pequeño' problema logístico, de tan solo doce mil kilómetros. A partir de allí, seguiría mi itinerario previsto con la compañía alemana en su ruta de regreso a Europa.
Los Angeles no era precisamente una ciudad peatonal por lo tanto no creí que fuera el lugar ideal para que un tipo solitario se pasara tres días deambulando por ahí. Por esa razón, en cuanto tomamos tierra, alquilé un coche en el mismo aeropuerto y salí disparado de la ciudad en dirección a Arizona. Me apeteció conducir un típico carro americano por el ardiente desierto, el aire acondicionado a tope, sintonizar The Country Channel y parar de vez en cuando en los lunches atiborrados de camioneros. A todo eso, tengo que añadir que mi equipaje desde que salí de Europa era mínimo. Mis incombustibles jeans estaban ya acartonados y mi cabello y barba habían crecido notablemente. Supuse que mi aspecto no era de fiar y seguramente hubiera producido sospechas a cualquier sheriff intolerante, como en las películas, que se cruzara en mi camino. De ahí que en el primer motel que encontré cerca de San Bernardino, me aseé, me corté el pelo, recorté la barba y me compré unos flamantes Levi's.
La comida típica en el far west de los cowboys suele ser el T-bone a la parrilla con puré de frijoles o de patatas pero en general, predomina la influencia de la cocina mexicana.
Me harté de comer tacos, fajitas, nachos y tortillas. Uno de los motivos por los que verdadera comida mexicana resulta excelente es porque se prepara con productos frescos y se hace con tradición y cariño. En cambio, el llamado Tex Mex era una auténtica porquería. Una mala versión importada de la excelente comida que se hace en Mexico.
En Tucson visité a Jean Perry un amigo pintor especializado en pintar landscapes del desierto. Me invitó a cenar y dijo de llevarme a un buen sitio. Naturalmete fuímos a un restaurante mexicano. Comimos tacos, nos hinchamos de margaritas y fumamos. En esa época yo era fumador. Jean y su mujer también fumaban. Mucha gente fumaba y nadie se metía con los fumadores.
Al día siguiente, continué mi viaje hasta cruzar la frontera de Mexico en Nogales, estado de Sonora. Ciudad que vive en un permanente estado caótico debido a su propio carácter fronterizo. Gente de paso, emigración, comercios baratos, contrabandos, bares, casinos y puticlubs.
Sin embargo comí muy a gusto. Jean Perry me había recomendado un restaurante auténtico y allí fuí. Me hice preparar el típico Huacabaqui de Sonora. Un cocido de carne fresca troceada, con elotes, ejotes, garbanzos, repollo y calabacitas. Para beber y sofocar el calor, agua de cebada y cerveza.
Pocos españoles debían cruzar por aquella frontera porque al regresar a Arizona me entretuvieron un buen rato. Luego me puse en ruta y ya no paré hasta que cayó la noche en Phoenix. Al día siguiente por la tarde volé en un 747 hacia Nueva York.

12 comentarios:

Lalodelce dijo...

Uno de mis restaurantes favoritos, El Jalapeño, y donde probé por primera vez un mole poblano, fue todo un descubrimiento. Me encantó. Poco después comí un auténtico mole poblano casero preparado por unos amigos mexicanos que se encontraban de viaje por mi país y cocinaron en casa. Intragable. Prefiero la versión restaurante, es más diplomática para algunos paladares.

Satellite Girl dijo...

Mi experiencia de la comida "auténtica" mexicana fue en Guanajuato. Me gusta picante, pero era too much... Cada vez que salíamos con mis colegas a cenar, tuve que pedir "sin chile". Sino... la venganza de Moctezuma que te incordiaba el día siguiente...

pescado del dia dijo...

Se come buen mexicano en usa que duda cabe, lalodelce. En general pero, el concepto mex es tan grande y recurrido que suele abundar lo mediocre.

pescado del dia dijo...

Satellite. Existe la idea generalizada de que toda la comida mexicana es picante.
Y no es cierto. Es como decir que los japoneses solo comen pescado crudo y los españoles paella. La comida de Mexico es muy variada y rica.

Anónimo dijo...

Excitante y estupendo viaje, Joanet.
Es cierto que no toda la comida mex es picante.
Es una cocina muy interesante y enormente prolífica, colorista y muy buena.
La he comido con mexicanos y ellos sabían adonde ir en BCN, y fué espléndido.
Salutacions

Satellite Girl dijo...

Reconozco. Reconozco que no todos los platos son picantes. Pero... los mexicanos tienen tendencia de poner el picante en todos los platos. Hablo de Club Sandwich...

Mi host family me preparaba tacos de queso con jamón, pero otra compañera estuvo harta de furijores diario... Así que nos escapamos y pedimos un Club Sandwich. Basta de legumbres, falta de verduras frescas... Pero... siempre venía con picante: chile. Aquellas guindillas verde que picaba horrores...

Mi memoria de México es eso: club sandwich sin chile ;)

Anónimo dijo...

Si cierto Satellite que abunda el picante, y parece que en un pueblo como el mex, no se coma otra cosa pero haberlos hailos.....
¿Has visto la peli Babel?

Satellite Girl dijo...

hola abulafia. aún no he ido a ver Babel... Mis compañeras hablaban desde septiembre, en el festival de San Sebastian... que verguenza de decir que trabajo en una revista de películas...

Las comidas mexicanas son picantes!!! (aunque me encanta picantes!!!) ;)

Anónimo dijo...

Ja, ja, ja, que divertida, pareces una niña pequeña enfurruñada.
No digas lo de verguenza de trabajar en revista de cine.
Bueno para mi es lo más.
Me encanta el cine, e ir a festivales, me parecería que no estaba trabajando.
Ya sé , ya sé diras !!!que yo estoy trabajando!!!!!
Ves pues a ver Babel.

Satellite Girl dijo...

No soy pequeña, pero sí, una niña enfurruñada :)

No sé si trabajo o no, pero me llega la nómina cada final de mes... así que... ¿algo estoy haciendo, verdad?

La verdad es que me dedico a cine en la semana del cierre de la revista. El resto del mes, me dedico a otra de la historia, también es muy interesante.

¡La comida mexicana es picante!

Anónimo dijo...

Me parece bien que te paguen, trabajar sin cobrar, no es divertido.
Y algo, algo harás !!! digo yo...
Please, please...si yo te digo que la comida mex es semi-picante, pero ..haberla haylas....tu me dirás en que revista de cine y de historia escribes????????
Por cierto has visto Offside????

Satellite Girl dijo...

Bueno, no todas las comidas mexicanas son picantes. abulafia, lamentablemente, ...no escribo... Ni leo los textos..., sino realizo las páginas de revistas... No es lo mismo. Yo cobro sin escribir ni leer. Soy una estafadora ;) Si no he visto Babel..., tampoco he visto Offside (aunque me acuerdo la foto de la peli...).