jueves, marzo 22, 2007

Carpaccio de gambas


A las 06:00 hora local, he zarpado de Port Balís sin novedad. Lo he anotado bien como dato histórico en mi diario de a bordo. Ha hecho frío hasta una hora más tarde cuando el sol ha aparecido por el horizonte y ha empezado a calentar la cubierta. Ha sido entonces, después de navegar diez millas a motor, cuando se ha levantado una brisa desde tierra y he decidido izar velas. Cuando se detiene el ronroneo del motor te sientes invadido por una gran sensación de alivio, no solo porque cesa el ruido sino porque pasas de una galaxia a otra. Te liberas de la dependencia mecánica y te conectas íntimamente con la naturaleza, aprendiendo del viento y escuchando solamente la mar y el golpear de las olas contra el casco. El terral me empujaba a sólo cuatro nudos por lo que, decidido a tomarlo con calma, he bajado a desayunar: había café caliente, queso y galletas de Inca. Navegando a siete millas de la costa, a las 09:00 divisaba Barcelona por el través de estribor, mientras aún quedaban sesenta y siete millas hasta finalizar mi primera etapa y llegar al puerto tarraconense de Cambrils. Apenas ha comenzado mi viaje y me siento eufórico, potente y libre: los mejores ingredientes para afrontar las próximas mil trescientas millas que tengo por delante.
A las 21:30 entraba por la bocana del puerto de Cambrils. He tenido una mar y un tiempo fantásticos hasta llegar al cabo Salou, que como ya era previsto, el Mestral soplaba bastante fuerte pero a esas alturas, ya estaba muy cerca del puerto.
Mi lonely lunch ha consistido en una ensalada de tomate verde, con atún y cebolla. Luego he comido unos pocos macarrones preparados ayer y, esta noche, por ser mi primer día de singladura, he ido al restaurante del chef Joan Bosch para ponerme las botas.
Recordaba este lugar distinto a como lo he encontrado hoy. Parece que en los últimos años, todos los restaurantes típicos de la costa con un cierto éxito culinario, han dado un giro hacia la sofisticación y el refinamiento de sus cartas. Y naturalmente del precio. No obstante y aunque más sofisticado de lo que esperaba, he comido bien. He cenado un carpaccio de gambas con vinagreta de piñones y sal gorda. Luego de segundo, unos pulpitos salteados con ajos tiernos. Acompañado con un Chardonay casi helado. Luego, he regresado al barco he puesto un poco de música y he empezado a escribir tranquilamente mi primer día de viaje en el blog.
Estoy un poco cansado y tengo muchísimo sueño. La mar es así.
Me siento feliz.
Mañana mi singladura será algo más corta.

5 comentarios:

Lalodelce dijo...

Joanet, hoy te leo junto a mi hija. Le encantaste. Me dijo algo asi como: Isabel Allende kind of guy. Es un cumplido, Joanet.

Aqui es de noche son casi las ocho de la noche y me imagino que a esta hora duermes.

Tienes una lectora mas en mi hija.

Abrazo y buen viaje.

Dolceviola dijo...

Ciao Joanet che tramonto meraviglioso!!! Ti saluto.

Camille dijo...

Te deseo una buena travesía también para hoy y una buena cena ;)

Dolceviola dijo...

Joanet,forse non è un tramonto, è un'alba?? Poi me lo dirai!!! CIAO.

pescado del dia dijo...

Encantado de ser leído por tu hija, lalodelce. No he conseguido entender lo de Isabel Allende, pero gracias por el cumplido!



dolceviola, non è un tramonto, è come dici dopo un'alba! Ciao, oggi sono molto stanco...


Gracias Camille por seguir mi derrotero. Creo que domingo no voy a navegar y aprovecharé para poner al día mi blog.