miércoles, marzo 21, 2007

Alioli


Hoy para mi no es un día cualquiera.
Después de negociar duramente con mi alambicada vida personal y profesional he conseguido arañar a mi favor, veintidós días de vacaciones. Veintidós días que usaré integramente, para hacer realidad un soñado viaje en solitario con mi velero desde Port Balís hasta la costa africana de Argelia, en Al-Jazair. Hace mucho tiempo que tenía in mente este viaje y finalmente mañana, segundo día de primavera del año 2007, lo llevaré a cabo. Mi intención es bajar de latitud por la costa mediterránea española hasta llegar a Gibraltar, para después una vez cruzado el estrecho, navegar a rumbo Este junto la costa africana, hasta Argelia. En total serán unas mil millas náuticas que al regreso, via Ibiza, se acortarán hasta trescientas cincuenta. Esa distancia no es nada para un automóvil ya que entre ida y vuelta, recorreré unos 2.500 kilómetros, pero para un velero significa hacer muchas millas y muchos días para recorrerlas, si tenemos en cuenta que la velocidad media no sobrepasa nunca los siete nudos. Por lo tanto, necesitaré enteros los veintidós días de vacaciones si quiero completar con éxito el periplo. Llevaré conmigo a mi Mac portátil que, con una fácil y cómoda conexión a internet, seguiré narrando diariamente los sailing lonely lunches. Aunque por primera vez, serán lonely diners pues tengo la intención de navegar durante todas las horas disponibles de luz solar, para luego cenar y pasar la noche en cualquiera de los innumerables puertos que encontraré en la derrota.
Nervios pues, y adrenalina a tope. Mañana hay que madrugar.
Hoy dedico el último lonely lunch en tierra para comentar una increíble salsa, potente como la mismísima pólvora: la salsa alioli.
Alioli es una contracción de all i oli que quiere decir ajo y aceite, y que junto a la sal, forman los tres únicos ingredientes de esta salsa. Hay quien le añade huevo pero entonces, deja de ser alioli y pasa a ser una mahonesa con ajo. Para ligar esa salsa se necesita un mortero, temple y paciencia. Quien no posea cualquiera de estas tres condiciones, es entonces cuando se aconseja añadirle huevo, ponerlo en la batidora et voilà. Quien encambio quiera elaborar esa potente salsa mediterránea que tan bien conocen los valencianos, catalanes, provenzales, lígures y calabreses, que machaque bien media cabeza de ajos con una pizca de sal en el mortero hasta convertirlos en puré y luego, con mucha paciencia y a una velocidad de rotación constante con el mortero, vaya añadiendo aceite de oliva gota a gota, hasta ligar una crema consistente que tenga el mismo aspecto que el nácar. Esa salsa acompaña a la fideuá valenciana, acompaña a patatas asadas, costillas de cordero y al conejo a la parrilla. Hoy hemos celebrado mi despedida en tierra con unas tapas. En las tapas había patatas bravas con alioli.
Una resaca que puede durar horas.

7 comentarios:

Dolceviola dijo...

Joanet, mi dispiace tanto di non saper leggere lo spagnolo,altrimenti avrei capito che partivi. Sono felice di avere un amico come te!!!! CIAO JOAN.

Anónimo dijo...

Buen viaje!!!

Anónimo dijo...

Fico feliz por si, Joan :)
Tenha uma viagem fantástica!

Camille dijo...

Feliz aquel que inicia un gran viaje. Disfruta del viaje, joanet. Veo que estás muy cómodo en solitario, incluso viajando.

Te leeré, creo que será muy interesante. También las dinners lo serán, espero.

Gracias por la receta del alioli, me viene muy bien :)

Lalodelce dijo...

Velas y buen viento, Joanet!

Marisa Beato dijo...

Serás muy feliz y aquí estaremos esperando el relato de tan esperada travesía.
Buen viaje

pescado del dia dijo...

Muchas gracias a viuda negra, graça, camille, marisa y lalodelce.
He contestado un poco tarde, pero mis conexiones a internet son ocasionales y esporádicas. No había leído estos mensajes hasta hoy!