martes, noviembre 04, 2008

Pizza?



Anne Benim! Mamma mía! A Estambúl tuve que llegar para comerme una pizza. Aunque es un error llamarla pizza. Aquí y en Armenia se denominan lahmacun y la gran diferencia con la pizza italiana es que está elaborada con un ragú de carne picada y cebolla.
Me da pereza enrollarme sobre la historia de la Pizza pero se dice por ahí, que todas las civilizaciones mediterráneas -o sea casi todas-, desde el faraónico Egipto hasta las Baleares, pasando por la Grecia clásica, la antigua Roma y Pompeya, elaboraban ya esas tortas hechas con pan de masa de levadura y en las que antes de ser cocidas al horno de leña, se untaban con variados condimentos fundamentales. De ahí formas parecidas de focacce, schiacciate, lahmacun y cocas, elaboradas todas con la misma base.
Esta milenaria forma de hornear la masa de pan,  sumada a dos condimentos muy especiales, hizo que fuera en Nápoles donde naciera la auténtica, la famosa, la universal pizza.
El primer condimento llegó con los longobardos afincados en la Italia meridional después de la caída del imperio romano. Estos habían traído consigo la búfala, que una vez ambientada en tierras de Lazio y Campania, suministró la leche para elaborar la mozzarella.
El segundo condimento fundamental llegó ya en época moderna con el descubrimiento del nuevo mundo y fue el pomodoro.
La llegada del tomate proveniente de las Américas a través de España, hizo su ingreso triunfal en la cocina italiana y en particular en la napolitana.
Mozzarella, pomodoro sobre pan de masa de levadura y horneado: Acababa de nacer la pizza. La imparable pizza.
Más allá de sus confines napolitanos, la pizza ha conseguido conquistar los paladares de todos los continentes convirtiéndose, sin exageración alguna, en patrimonio de la humanidad.

2 comentarios:

Lalodelce dijo...

Ay, Dios, qué pizza!! Se la ve para chuparse los dedos ... todos.

Estambul? ... Ah! Ahora se explica la foto y el extrato de "La Pasión Turca".

Buen viento de regreso, Joanet!

pescado del dia dijo...

Aqui estoy Mónica, mucha turca pero poca pasión...
Jueves en casa.