Beluga o lentejas
Parecen lentejas pero no lo son. Es caviar beluga.
Parecen lentejas pero no lo son. Es caviar beluga.
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pescado del dia
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12:03 a. m.
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"Mucha gente que ayuna no obtiene nada de su ayuno excepto el hambre y la sed, y mucha gente que reza no obtiene nada de ello excepto cansancio".
(Muhammad el Profeta).
En España viven un millón de musulmanes de muy diversas procedencias, aunque el grueso de la población es de origen magrebí. A partir de hoy, en esta calurosa noche de agosto, cuando en el cielo aparezca el creciente lunar, este millón de musulmanes iniciarán un mes dedicado a la abstinencia: el ramadán.
Un mes consagrado a la devoción y a la solidaridad y en el cual, todos los adultos se abstendrán de comer, beber, fumar y mantener relaciones sexuales. Un ayuno con carácter purificador que se realiza durante el día o durante el tiempo que transcurre entre poder distinguir un hilo blanco de uno negro, hasta no poderlos distinguir. El ramadán constituye uno de los cinco preceptos fundamentales y obligatorios de la religión islámica: profesión de fe, oración diaria, limosna, ayuno y peregrinación a La Meca.
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pescado del dia
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11:15 p. m.
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De entre miles, eclosionáste para vivir, porque eso de nacer, es cosa de mamíferos. Aunque tu sangre no es caliente, ocurrió un tibio día de abril y desde aquél instante supiste, que tu mundo era azul. Insignificante o baladí, del infinito mar vino tu asombro. Al contrario que tus hermanos, permaneciste siempre cerca de la gran roca madre, porque ellos más osados, fueron devorados rápidamente por grandes y audaces criaturas. Fiel al instinto escrito en tu memoria biológica, la perfeccionaste con nuevas y sorprendentes experiencias. Aprendíste a saciar el irresistible apetito adivinando suculentos seres más diminutos, también a escapar ráudo, a esconderte y a camuflarte entre algas pardas o acroporas de arrecife. Por eso conseguiste sobrevivir. Entonces tu espina dorsal se hizo fuerte y flexible, que junto las poderosas aletas pectorales, te facultaron para navegar velozmente, lanzarte al gran abismo y capturar presas cada vez mayores y nutrientes. En tus dos costados aparecieron tres vistosas manchas negras que tus depredadores creyeron ojos. En aquél momento supiste que ya eras adulto. Tu memoria biológica fue menguando gradualmente, confiando más en tu propio instinto, aunque ésta resurgía con intensidad cuando buscabas con ardor, hembra con quien aparearte. Durante un solsticio de verano te aventuraste en aguas poco profundas, cerca de la costa, rica en cefalópodos. Fue allí, cerca de la prohibida superfície, perforada por caprichosos y oblícuos rayos de sol, donde viste cruzar por primera vez, grandes y ruidosas criaturas opacas. Y fue siguiendo el torbellino de la estela de una ruidosa criatura, que repentinamente apareció un colorido y excitante manjar. Supiste como actuar. Nadaste velozmente hacia él y con orgullo de depredador experimentado, lo atrapaste por detrás. De un bocado. Al instante hubo un fuerte tirón y un insoportable dolor. Una fuerza descomunal te estaba arrastrando. Luchaste valientemente al principio y desesperadamente al final de tus fuerzas. Pero fue inútil. Fueron instantes dramáticos que se volvieron eternos. Luego, se hizo el silencio y el universo pareció detenerse. Otro tirón te arrancó de la superficie y una deslumbrante luz blanca cegó tus ojos y tu cuerpo pareció arder. El mundo azul había desaparecido y sólo percibiste un incomprensible fragor. Intentáste respirar con desespero pero el agua ya no fluía por las branquias. Mientras agonizabas, azules escenas de tu vida pasaron velozmente por tu mente: desde la gran roca madre hasta infinitos abismos del mar adentro repletos de criaturas, unas para comer y otras para huir de ellas. Entonces, te desvaneciste lentamente hasta morir, sin entender lo que había sucedido.
Desde este instante ya han transcurrido ocho horas. Unas expertas manos te han desescamado, te han desprovisto de la aleta dorsal, de las pectorales y tu cabeza se ha seccionado a la altura de las branquias. Una sabia incisión perpendicular cerca de la aleta caudal ha permitido al cocinero, arrancar con cuidado la piel de tu cuerpo, dejando visible tu hermosa y sonrosada carne. Un afiladísimo cuchillo de 21 centímetros de hoja con mango de madera hinoki, ha cortado, paralelamente a la espina dorsal, dos limpios filetes. Uno de cada costado del cuerpo. De estos, ha seccionado con milimétrica precisión, pequeñas láminas exactamente iguales y las ha colocado estéticamente en una pequeña bandeja cerámica, adornada con algas wakame, perejil y katsuramuki de nabo.
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pescado del dia
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10:25 a. m.
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Hoy he almorzado en uno de los pocos restaurantes que permanecen abiertos en plena época vacacional, aquí en el barrio de Gracia de Barcelona. El menú, aunque barato, ha sido realmente discreto. Eso sí: está permitido fumar en el comedor. Mientras enciendo un pitillo, observo la pintura colgada frente mi mesa representando un bodegón compuesto por unas granadas, higos y sandias junto un dorado jarrón con hortensias malvas y blancas. El lienzo está envejecido artificialmente con un barniz oscuro.
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pescado del dia
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5:30 p. m.
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Son las cuatro de la tarde, llevo horas conduciendo y tengo hambre. A esa hora ya no hay ningún restaurante abierto y odio malcomer en gasolineras. La temperatura exterior es de treinta y dos grados centígrados. Mientras cruzo una población sin nombre porque no me he fijado en el cartel que lo indicaba, decido desviarme a la derecha y dirigirme al centro con la esperanza de encontrar un lugar abierto donde comer mínimamente bien.
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pescado del dia
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8:36 p. m.
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