Aún no son las nueve de la mañana. Por primera vez en este año, te has puesto un polo de manga corta. Desde luego a esa hora no hace calor, pero tampoco se puede decir que hace frío. Hay una imperceptible brisa de levante que al venir de la mar, conoces perfectamente por su humedad. Por eso la sientes en tu piel al tiempo que percibes como se te eriza el bello de los brazos. El silencio es vegetal y huele a tierra y hierba mojada. Tienes los pies ligeramente separados y totalmente paralelos procurando apoyar el peso de tu cuerpo un poco más sobre el derecho que sobre el izquierdo. Con las rodillas algo flexionadas y la espalda erguida, mantienes tu trasero salido y respingón. Todo eso, buscando una cierta harmonía y eliminado de tu cuerpo la más mínima tensión. Tienes la cabeza un poco gacha porque estás mirando fijamente unos centímetros por delante de tus pies. Al tener la espalda inclinada, te cuelgan los brazos y las manos llegan a la altura de tus rodillas. Las mantienes juntas con los dedos entrelazados, sujetando suavemente un hierro siete. Justo delante del palo, inmóvil, está tu blanca bola mojada por la hierba y que no dejas de mirar. Respiras hondo y te dispones a dar el segundo golpe al green. Lo has hecho antes mil y mil veces, pero hoy, ahora, que aún no son las nueve de la mañana, que no hace frío ni tampoco calor, que la salida desde el tee ha sido corta pero bastante buena, que sientes la humedad de la brisa en tu piel... ahora de repente, te has paralizado, tu mente se ha quedado en blanco y no sabes que hacer.
La rutina, hay que pensar en la rutina, te dices con urgencia.
Sin dejar de mirar la bola, agrandas el campo de visión para percibir si tus compañeros hacen gestos de impaciencia, pero no. Quizá no ha pasado una eternidad como crees y sólo han sido unos pocos segundos. Repasas la rutina de toda la cadena cinética del swing, primero empiezas por el backswing: hay que subir lentamente el palo girando sincrónicamente el tórax sin mover las caderas al tiempo que los brazos levantan al palo por detrás de la cabeza. Al final de backswing el palo deberá apuntar siempre al objetivo... iniciando a continuación el downswing. Aquí las variables cinemáticas serán las velocidades lineales máximas de: cadera derecha, cadera izquierda, hombro izquierdo, codo izquierdo, grip y cabeza del palo hacia la bola, siempre por dentro y hasta el impacto. A partir del clink, seguirá el follow through. Aunque la bola ya ha sido impactada, el follow through no es menos importante. Es el movimiento que bien hecho, te asegura que los anteriores han sido correctos... será tu firma.
Vuelves a respirar hondo, te preparas pero de repente, algo inesperado detiene todo el proceso de concentración: un erupto.
Oh dios, es un erupto de chanquete frito.
Esa mañana temprano y antes de empezar el partido de golf, tú y tus amigotes de equipo os habéis desayunado sendos platos de chanquete andalúz y ahora en este preciso instante, tu pecado de gula matutina te está pasando factura.
Bueno, le das a la bola, ¿o qué? te incitan tus compañeros.
Con la rutina rota, la concentración interrumpida, el sabor de chanquete aún en la boca y la armonía corporal hecha trizas, dejas de respirar, aprietas los dientes, levantas el palo y como has hecho antes en más de mil y mil veces, le das a la bola.
P.D.Esta mañana no llevaba cámara, esta foto del chanquete frito la he pillado en la red.
5 comentarios:
Me inspira leer Lonely Lunches and Today's Frame. Me encantan. Y si la inspiración no llega, entonces ... como algo rico. Si sigue fallando, me hago hacer un pedicure. Si aún así mo viene, entonces me doy una ducha y me voy a dormir. Si despierto sin inspiración aún, me doy otra ducha y me visto.
Como te darás cuenta, Joanet, he aprendido a vivir muy bien sin inspiración ;>
Tengo ideas, eso sí, y una de ellas luego de leer el post es que luego de comer algo tan ... tan ... poco adecuado para una mañana de golf, nada mejor que un licor de anís, para matar las grasitas, ves?
Pues yo estoy salivando con esa foto de los chanquetes, que ni recuerdo en que año los comí por última vez. Aquí no se consiguen ni de coña, y hace mucho que no bajo al Sur. Y cuando bajé la última vez me contaron la milonga de que estaba prohibido pescarlos (me verían cara de pobre)
Hablando de inspiración, yo tampoco me inspiro....
Un orujito también hubiera estado bien, es digestivo. Lalodelce, conoces el orujo? es un licor de bastantes grados, aquí el más famoso es el gallego que mata todos los microbios del mundo y yo creo que hasta tiene que instalar musas en el cerebro ;)
Espeta, Camille, que me pongo a investigar y me pido uno. Orujito.
Gracias Lalo. Ojalá mis Lonely y mis Frames sean motor de tu inspirasión... (más quisiera).
Razón tiene Camille, mujer del Botxo Follies en eso del orujito. Después de una fritanga de pesacaitos, mejor que el anís.
No es fácil encontrar chanquetes en estos tiempos, Camille. Prohibidos no están pero sí que tienen su temporada. Mi desayuno pero, tuvo truco: uno de los que jugó conmigo es pescador de Arenys y tiene varias barcos de pesca. No se dedica al chanquete, pero siendo profesional del tema, vete a saber como el chanquete llegó a nuestro plato (!)
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